viernes, 21 de diciembre de 2012

"SUSURROS DE INVIERNO", Antología de relatos romanticonavideños.

    Como algunos ya sabréis, decidí aportar modestamente mi granito de arena en la inciativa que organizó Marie April  del blog  KISSABOOK .Pues bien, hoy 21 de Diciembre, día del fin del mundo ha dado a luz "Susurros de invierno", un ebook gratuito con relatos sobre la navidad escrito por varios autores (entre los que me incluyo, en-qué-estaría-yo-pensando-oh-dios-mío) que podéis descargar gratuitamente desde este enlace: "Susurros de invierno"

    Por mi parte he de decir que me decidí a escribir un relato para contribuir en el ebook con la esperanza de que una parte de mi se vea reflejada en él, y poder enviárselo (aún no sé cómo) a mi vecino de al lado. Ya sé que en mi piso azul no tenemos ni chimeneas ni jardines...pero sólo me bastaría con que estuvieras aquí conmigo para ser feliz. Ojalá lo leas.


UN INVIERNO MÁS 


Cuando el último copo de nieve golpeó mi ventana, supe que había pasado un invierno más. Y te recuerdo aquel otro glacial invierno, el primero que estuvimos juntos, cuando te regalé aquella bufanda a rayas que años más tarde me confesaste que odiabas. Fue el año en que no nevó pese a tus insistentes miradas a la web del tiempo y mientras me jurabas y perjurabas que sí lo haría. Yo me reía diciéndote que no tenías ni idea. Y así lo fue. Aquel, fue un año terrible. 

¿Recuerdas el frío que pasó aquel presidente negro mientras era investido en Washington? Tú me decías que preferías estar mil veces conmigo delante de una chimenea con un fuego rojo, tanto que te lloraran los ojos, que ser el centro del mundo en esos momentos. En la tele sonaba un discurso cuando me besaste por primera vez, con ese sabor a té recién hecho temblando en tus labios. Con mucho limón, como a mí me gusta. ¿Y no sonaba de fondo el “Back to black”? No me hagas mucho caso, ya sabes cómo me gustan los detalles. Y pareció una premonición porque unos meses más tarde se congregó un grupo de poderosos que tenía que reunir un montón de dinero para ayudar a los países con mayores dificultades ante la crisis… y que al final no quedó en nada. Pero a nosotros no nos importaba. Sólo teníamos que estar juntos, disfrutar el uno del otro y dejarnos llevar como aquel avión sobre el río Hudson. Tan raro como un eclipse lunar. 

Y con ese brindis tan lleno de futuro y de esperanzas, con tus gafas apoyadas en la frente y con tus prisas, acabó aquel invierno. Frío por fuera y caliente por dentro. 

El año siguiente te sentías algo frágil. Mientras yo pintaba las paredes de nuestro hogar, tú te ibas mudando de habitación a habitación para que no te molestara. Reconozco que me enfadé contigo porque esas cosas teníamos que hacerlas juntos. Como poner el árbol de navidad aquel diciembre algo a lo que tú te negaste rotundamente porque no te encontrabas bien. No pasaba nada mientras cada noche me acariciaras y abrazaras para que durmiera tranquila al calor de tu cuerpo. Y me recuerdo por aquel entonces tan llena de vida, que parecía que iba a explotar. Como aquella niña dada a luz en esa patera una fría mañana. Agarrándose a una vida que la quería fuera, que no la deseaba. Te lo comenté esa misma noche, de espaldas a ti, mientras recogía la cena y tú te tomabas un Patxarán y mirabas por la ventana las estrellas que, lejanas, te iluminaban la mirada. Por un instante. Sé que me comentaste algo sobre documentación. Una idea. Yo sólo quería que se detuviera el tiempo y estar siempre así. En ese invierno que se tornaba tan cálido para nosotros. En esa noche en la que te levantaste rápidamente, derramando algo de tu bebida sobre la mesa, me abrazaste por la cintura y al oído me susurraste: “I've never seen you looking so lovely as you did tonight, I've never seen you shine so bright”.

 El último invierno no pudiste más. Mientras ibas pasando hojas, observaba de reojo las espirales de humo que formaba el cigarrillo que con aire distraído te fumabas allí, al pie del escritorio. La televisión daba noticias sobre el cambio climático. Algo sobre una reunión en Durban de hacía un mes para prorrogar el Protocolo de Kyoto. Y este era el invierno más cálido en no sé cuántos años. Tenían razón aunque en nuestra casa estaba siendo el más frío. Y no te estabas enterando. Seguías inmerso en una historia que yo no entendía porque no era la nuestra. No éramos tu y yo. Era otra gente, en otro contexto, lejos de aquí…tan lejos que ni los sentía. Pero tu te empeñaste en que después de esa navidad todo sería diferente. Otra vez habría un fuego rojo intenso encendido en nuestra chimenea. Otra vez se llenarían de vaho las ventanas de nuestra habitación tan vacía desde hacía ya algún tiempo. 

 Ese año no hubo brindis con prisas. Tampoco canciones sonando de fondo. Ni ruido de televisiones. Sólo un frío intenso recorriendo mi cuerpo la mañana en que descubrí que ya no estabas, que te habías ido dejándome allí, en esa casa con jardín en el que no recordaba las flores que después de cada invierno volvían a florecer. 

El 31 de diciembre me sorprendió de pie, delante de su escritorio. Con cada campanada una hoja de su relato caía al suelo mientras yo me hacía más y más pequeña. Sólo era la historia de un escritor que estaba tan metido en su mundo que su mundo lo engulló. Y fue leyendo su cuento cuando el último copo de nieve golpeó mi ventana, y supe que había pasado un invierno más… sin ti.

 Aurora Lejana

sábado, 8 de diciembre de 2012

PREMIOS LIBROS Y LITERATURA 2012


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Pues sí, al final me he decidido a participar en el concurso de Libros y Literatura  que elige las mejores reseñas publicadas este año y así de paso promover los blogs. Se sortearán suculentos premios tanto si administras un blog como si  das el voto una vez abierto el plazo que va desde el  10 de diciembre de 2012 hasta el 1 de enero del 2013. 

Después de estar repasando las reseñas que he publicado desde que tengo el blog me he decidido por la de "Misión olvido" de María Dueñas 

Desde aquí desearos mucha suerte a todos y agradecer esta iniciativa que otro año más lleva a cabo "Libros y Literatura"...¡Ah! Y no os olvidéis de votar...por ejemplo a mi :D


P.S: También quiero agradecer a Xavier Beltrán del blog Tras la lluvia literaria su enorme ayuda, ya que sin él no hubiera sabido poner el banner y no hubiera podido concursar. ¡Gracias!

martes, 4 de diciembre de 2012

"ALGÚN DÍA ESTE DOLOR TE SERÁ ÚTIL", de Peter Cameron

    Como no sólo de mi vecino de al lado vivo yo y puesto que PriceMinister me ha obsequiado con éste ejemplar (muchas gracias desde aquí), en esta ocasión voy a dejarme de historias para no dormir y me dedicaré a hacer una reseña "normal". Que ya era hora.



"James Sveck, el narrador de esta novela, es un adolescente inteligente y precoz, ha terminado el colegio y durante el verano trabaja en la galería de arte que su madre tiene en Manhattan y en la que casi nunca entra nadie. Pese a haber sido admitido en la prestigiosa Universidad de Brown no está seguro  de querer ir; lo que de verdad le gustaría es comprarse una casa en el campo y pasarse el día leyendo, sin ser molestado; detesta relacionarse con la gente de su edad, a la que evita y con la que piensa que no tiene nada en común".

    "Algún día este dolor te será útil" no es una novela normal. Aunque lo aparente. Me refiero a que es sencilla de leer (aunque muy detallista), tiene un prosa muy ágil y no agrega elementos de sorpresa.  Cuenta la vida de James durante el mes de Julio de 2003, a modo de diario, aunque el protagonista dará pequeños saltos en el tiempo como si fueran aclaraciones, gracias a los cuales, podremos entender o por lo menos acercarnos, al comportamiento de este chico. Así conoceremos, por ejemplo, que la soledad es una necesidad básica para James.

    Durante este mes, el protagonista nos mostrará cómo transcurren sus días entre la gélida galería de arte adquirida por su madre tras su segundo divorcio "porque quería hacer algo" y su casa, habitada por su madre y por una hermana universitaria que sólo habla de teoría lingüística influida por su pareja, profesor universitario y casado. Mientras, lucha por evitar un futuro en la Universidad de Brown.

    Y en medio de este ambiente tan desestructurado, con un padre que sólo piensa en el trabajo y una madre que ya va por su tercer divorcio, James nos cuenta cómo el año en que sus padres se separaron lo enviaron a un campamento de vela de esos que supuestamente reforman a adolescentes con graves trastornos mediante los milagros del duro trabajo físico y las glorias de la naturaleza. Con un lema que rezaba: "Sé paciente y resiste: algún día este dolor te será útil". Este pequeño detalle nos muestra qué filosofía envuelve al protagonista en particular y a toda la novela en general.

    Años después y con  este episodio como telón de fondo, los padres de James se ponen de acuerdo para que éste acuda al psiquiatra. Y será durante sus hilarantes conversaciones con la doctora Adler, cuando nos muestre su verdadera naturaleza: la de un chico cuyos padres definen como un antisocial que tiende a la soledad.

     Y es que esta novela quiere poner el énfasis en que: no es James el inadaptado social, sino que es más bien al revés. Es el mundo el que no se adapta a él. Hay quién opina que la novela tiende al negativismo más profundo y que por eso es  difícil de entender. Para mi, el libro es un canto a la esperanza. James no quiere ir a la universidad porque prefiere aprender solo, tiene miedo a no volver a encajar en la sociedad. Hubo un hecho en concreto que provocó su aislamiento y su pérdida de la adolescencia. Un suceso trágico que conmovió al mundo como lo hizo el 11S y que él vivió muy de cerca aunque en la novela no llegaremos nunca a enterarnos de que le sucedió exactamente. 

    Ante todo es una novela de autodescubrimiento del protagonista que no es fácil de digerir. Por eso es tan sumamente recomendable, por esa lucha contra una sociedad pesimista por naturaleza.

    Pero la novela no es sólo angustia, ya que el autor ha sabido adornar con toques de un humor ácido y sarcástico algunos pasajes del libro. Pero sin pasarse.

    Y si quieres saber más: léela. Ya me contarás.

    
    



domingo, 2 de diciembre de 2012

¿HAY ALGUIEN AHÍ FUERA?, de Marian Keyes

    Hace unos días pasó por mi piso azul mi vecina del otro lado. pero no del otro lado del más allá sino del otro lado, pero de este. Quiero decir visitante, la que vive a mi izquierda. El caso es que a ella (que es un completo terremoto) le encanta Marian Keyes y siempre anda diciéndome que necesito hacer terapia ayudada por esta autora.  No sé qué narices verá en mí, para que piense que necesito terapia ¿tanto se nota la locura por mi vecino de al lado? ¿sabrá ella algo? Total, que me prestó "¿Hay alguien ahí fuera?" Dice que necesito salir más de mi habitación azul. Y yo... no sé, no sé.

    Cuando leí el título de la novela no tenía ni idea de por dónde podrían ir los tiros y la verdad es que me sorprendió bastante. Desde luego con un título que por lo menos a mí se me antoja tan amplio podía referirse a cualquier cosa y resultó tratar al final sobre un tema más bien delicado y del cual no tengo una opinión clara al respecto.

    Es decir, una de las tramas de la novela gira entorno al mundo del espiritismo, exactamente sobre la existencia o no de espíritus. Mientras leía el libro tenía como una especie de necesidad de que la protagonista creyera cuando yo ni siquiera sé muy bien como definirme ante este tema. Tenía la esperanza, como la protagonista, de que tenía que pasar algo a la fuerza, y eso hizo que me planteara mi postura ante este tema. Más bien: ¿qué pienso yo acerca de los espíritus?

    Si preguntas a cualquier persona de tu alrededor, visitante, probablemente te diga que no cree pero ¿por qué no? Para mí, esto es como las supersticiones. No soy supersticiosa pero evito pasar a toda costa por debajo de una escalera. Por si acaso. Entonces ¿esto me convierte en supersticiosa? Pues con el espiritismo me pasa exactamente igual. No creo... pero ¿por qué no puede existir algo? A lo mejor hay un montón de señales a mi alrededor y yo no hago más que pasar de ellas una y otra vez. ¿Acaso no es la energía la fuerza del mundo? Pero, atención a mi sabiduría al respecto (nótese la ironía), la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma ¿y hacia dónde va la energía cuando uno muere?

    Cuando mis abuelos paternos murieron yo era pequeña y recuerdo que mi madre me decía que me estarían mirando desde el cielo. Pues eso a mi más que tranquilizarme, me ponía nerviosa. Sobre todo cuando hacía alguna trastada. Ahora que se supone que soy mayor no creo que me estén vigilando (mi vida fuera de mi habitación azul es muy aburrida. Y dentro también) pero entonces ¿por qué cuando visito su tumba les hablo? ¿o al final va  a resultar que hablo conmigo misma? 

    En fin, es un tema muy delicado el que trata la novela, cuya sinopsis es:

"Anna es responsable de prensa de una prestigiosa marca de cosméticos en Nueva York. Tras sufrir un accidente en el resulta gravemente herida, ha de volver a casa de sus padres, en Dublín. Allí sus padres la cuidan, se encuentra de nuevo con sus hermanas... pero ella sólo puede pensar en volver a Nueva York. Volver a Aidan, su marido, del que no tiene noticia desde el día del accidente... El reencuentro con su increíble familia, el contacto con el mundo del espiritismo y la descripción del ambiente publicitario neoyorquino configuran las líneas maestras de esta agridulce comedia" 

    Cada vez que me reencuentro con alguna de las hermanas Walsh, me da una alegría. Me encanta saber de ellas, de sus vidas... Casi puedo decir que esta serie de Marian Keyes son una apuesta segura ya que por ahora no me ha defraudado ninguna. La capacidad que tiene esta mujer de mezclar temas como las drogas, el alcohol, el abandono, etc. añadiéndole ese toque de humor tan característico en ella...es que me fascina.

    En esta novela en concreto trata sobre el tema de la superación ante un hecho trágico para la protagonista que le impide ser optimista y salir adelante. Esa manera en la que Anna va superando muy poco a poco y no sin esfuerzo, los pequeños baches de su vida cotidiana gracias a la familia (me encanta la historia de Helen...y la de la madre ¡esta mujer se merece una novela para ella sola!), los amigos...pero sobre todo gracias a ella misma.

    Como siempre, los personajes están muy bien perfilados. No hace falta que la autora nos especifique la vida de cada uno para que en pocas palabras los podamos "calar".

    Y sobre todo: esa manera de no dejar que la protagonista sea una víctima del hecho trágico al que se tiene que enfrentar. Porque Anna es una superviviente. Si es que ya tenía ganas de una novela así...

P.S: Espero que mi vecina del otro lado se dé cuenta de que le estoy pidiendo a gritos más novelas de Marian Keyes. Sin terapia, por favor.

P.S2: ¿Estará mi vecino de al lado ahí fuera?